El Dr. Julián Peña, el Dr. Guido Gil y yo.

                         José –Dorín– Cabrera
EL DÍA DE JUEVES SANTOS.
Un  terremoto escala 7.2 anunció la muerte del inmenso contador de historias Gabriel García Márquez. Un día de abril al igual que Cervantes y Shakespeare. García Márquez estaba en su casa de México. El sismo sacudió la ciudad en la que él escribió Cien años de soledad, que fue también un terremoto a igual escala cuando ésta obra maestra fue puesta a circular un 30 de mayo de 1967.

En esa obra, capítulo cuatro, hay textos premonitorios del Alzheimer (“la falta de memoria”, “se había olvidado del entierro”, “se olvidó que hoy es viernes”) que, años después, esa pérdida de la memoria, lo internó en mil años de soledad. Y, ahora que Gabo se fue, mi memoria me recuerda que Úrsula Iguarán, la supersticiosa y generosa mamá de Aureliano Buendía en el onírico Macondo de su obra maestra, escrita en el pozo de su infancia, también murió un jueves santos después de un terremoto de lluvias mágicas y de más de cien años de lucidez. Aureliano, coronel por decreto propio, hacía lo que hace la memoria cuando ella “entra en edad”, traza un círculo a su alrededor donde ningún recuerdo puede penetrar a la esfera de su intimidad. Aureliano, autoritario, le ordenaba a sus ayudantes trazar a su alrededor un círculo de tiza para que nadie pudiera acercársele a tres metros de distancia.

EL PUÑETAZO DE VARGAS LLOSA A GARCIA MÁRQUEZ.
Recuerdo ahora también que en el Palacio de Bellas Artes de México, lugar donde el maestro recibió un alto homenaje de despedida -21 abril 2014- el azar, como guía del destino, quiso estrujarnos que en ese mismo lugar, el maestro recibió –febrero de 1976- un puñetazo del converso Mario Vargas Llosa, poniéndole fin a su amistad.
El maestro le tenía miedo a los funerales, y hoy, hace pocos días, tuvo que  acudir al de él.

EN CIEN AÑOS DE SOLEDAD “UN LIGERO ERROR DE CÁLCULO” COADYUVÓ A QUE LEONEL ALCANZARA LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA.
La memoria le recordó al expresidente Leonel Fernández que a principios de los años setenta, él asistió a un panel acerca de Cien años de soledad, donde precisó que “…tuvo la intrepidez de sostener que había un ligero error de cálculo en Cien años de soledad…que García Márquez repite que los diecisiete hijos de Aureliano Buendía murieron en una noche, cuando hubo uno, Aureliano Amador, que pudo escapar…”.-“…Lo que tú has dicho parece interesante. No me había percatado de ese detalle…”. Le expresó el profesor Juan Bosch, presente en el acto. Este encuentro originó una relación de amistad y compañerismo gracias al mítico coronel Aureliano Buendía               “… (que)…” habría de tener tanta incidencia en mi vida como para hacerme Presidente… “Listín. Lunes 5 mayo 2014. P.4-A. La República.

PERO HAY OTRO ERROR EN EL CONTEXTO NARRATIVO DE ESTA EXTRAORDINARIA NOVELA.
“…Aureliano leyó en voz alta, sin saltos, las encíclicas cantadas que el propio Melquíades le hizo escuchar a Arcadio…”, P.469. ¿Encíclicas cantadas? Se cantan las epístolas y evangelios en las misas solemnes; las lecturas bíblicas en el oficio divino y las profecías y lamentaciones en los oficios de tinieblas de Semana Santa; pero ¿encíclicas? Son cartas solemnes que dirige el Sumo Pontífice a todos los obispos y fieles del orbe católico. Como género de la literatura eclesiástica, aparece a fines del siglo XVIII y tiene carácter doctrinal. Nunca se han cantado.
 NI EL TIEMPO NI LA MEMORIA.
Le alcanzaron al maestro para acabar En agosto nos vemos, novela –que él modificó seis veces- de María Magdalena que cada 16 de agosto viaja a una isla caribeña donde está la tumba de su madre, y ella espera que cada 16 de agosto le suceda algo, como aquella habitación que cobijó su infidelidad. Novela de hermosas prosas que engalanan su relato y que nos sugiere un engarce dialéctico con Memorias de mis putas tristes. Cuando leía el primer capítulo, de cinco, creí que estaba leyendo a Faulkner, y en ocasiones, a Kafka.

Recostado sobre el lomo de un amanecer, -y sin pretender tener la profundidad de la memoria de Ireno Funes, ese invento de Borges- puse mi memoria como si fuera la pantalla de un celular, a hacer la “selfie”, -ese gesto de amor a sí mismo- para retratar, para recordar uno de los episodios del relato de aquella pasión lúdica en mis años de entrega a una utopía de sueños rotos. Cuando los recuerdos nos visitan, merecen la distinción de la amistad para que la desmemoria –entre brumas- no se pose en nuestra mente como flamea la llama temblorosa y débil de una vela antes de apagarse. “…La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla…”.

LA COMISARÍA ESPECIAL Y LA HERENCIA DE ROSELL Y DEL TERRIBLE CORONEL DE ENTONCES.
En 1897, La Romana estaba bajo la dirección de una Comisaría Especial. Era la autoridad suprema ejercida por un Comisario que tenía el control político, militar y administrativo, por disposición del Presidente Ulises Heureaux, Lilis, a quien el Comisario, general Francisco Richiez Dicoudray (el firmaba así, Dicoudray, aunque la familia firma Ducoudray) le rendía cuentas. Setenta años después (1897-1967), Teobaldo Rosell, otrora represivo administrador del Central Romana y el terrible Coronel de entonces, Jefe de policía en La Romana, creían que ellos eran los herederos legítimos de esa disposición del gobierno de Heureaux.   
 Aquel Comisario especial, general Francisco Richiez Dicoudray, senador por el Seybo, realizó un intenso cabildeo para que el Congreso autorizara al Presidente Cáceres, a abrirle las puertas de La Romana, 16 marzo 1911, a la South Porto Rico Sugar Company of New Jersey (SPSCO/NJ). Pero antes, Richiez y los abogados de esta empresa, franqueados por el influyente William E. Pullian, Receptor General de Aduanas, presionaron para que el gobierno dominicano –diciembre 1910- hiciese de La Romana un puerto de entrada para facilitar el envío de caña a Puerto Rico y también para que se redujeran las tarifas a 20 centavos por toneladas de carga a exportar. El general Richiez y senador por El Seybo y abogados de la SPSCO/NJ, asesorados por la Oficina Legal de Peynado y García Mella (éste propuso en 1936 el Nobel de la Paz a Trujillo) redactan la ley de incentivos agrícolas. Richiez Dicoudray motiva y cabildea esa ley en el Congreso en su sesión del 25 abril 1911, y luego el Presidente Cáceres la firma el 26 de junio de 1911. Paradójicamente, Fco. Richiez Dicoudray perteneció a un grupo de nacionalistas de la provincia de El Seybo,  noviembre de 1921.

EL CENTRAL ROMANA Y LA LEY DE FRANQUICIAS AGRARIAS.
El 12 de mayo 1912 el Central Romana recibió la autorización para operar bajo la ley de franquicias agrarias, amparado en la resolución del Ejecutivo #5076,1912. Además le facilitaron los más amplios permisos y concesiones. La SPSCO/NJ era una de las fábricas de azúcar más grande del mundo a través de La Central Guánica del poblado azucarero de Ensenada, municipio de Guánica, Puerto Rico. Su capacidad de molienda era tan enorme que tuvo (por razones diversas) que buscar caña más allá de sus fronteras, y miró hacia el país más cercano a la isla de Puerto Rico.
Así diligenció y sembró de caña 20,000 acres al norte de La Romana, para cosecharlas y transportarlas en barcazas a Puerto Rico y procesarlas en La Central Guánica.
El Central Romana era originalmente una colonia de caña de La Central Guánica.

LAS BAYONETAS ESCRIBIERON LA LEY DE REGISTRO DE TIERRAS.
Las bayonetas de la intervención norteamericana de 1916 en la R. D., escribieron La ley de registro de tierras, conforme a la exquisita Orden Ejecutiva 511 (Gaceta Oficial 1º. de sept., 1920, P. 148) promulgada por el gobierno militar en 1920. El anhelo de la industria azucarera. La ley redactada por abogados norteamericanos, establece que la posesión de tierras durante diez años consecutivos y cumplidos el 1ro. enero de 1921, otorga un título limpio de propiedad.

EN EL CASO DEL CENTRAL ROMANA.
Se consideró que la posesión de diez años para obtener títulos de propiedad por prescripción, podía computarse en una época anterior o posterior a la fecha de la ley con tal de que estuvieran comprendidos en la posesión los seis meses que siguen a la promulgación. Es decir, que si estaba en posesión de un terreno desde tres años antes de la promulgación de la ley, ya el 1ro. de enero de 1928, tendría derecho al título limpio de propiedad. El Central Romana hizo pruebas de azúcar el 19 de marzo 1919, y le envió (de cortesía) “…parte de su azúcar blanco recién fabricado al gobernador militar Thomas Snowder. Thomas le remitió US$7 a la compañía…”. “…hacia la cual yo guardo la más grande consideración…”. Aquella consideración que nos impuso el sistema Torrens, delimitante de la propiedad de la tierra.
“…En 1920, el Central Romana aumentó sus dominios a 925,000 tareas…”. Periódico Hoy. Minerva Isa y Eunice Lluberes. Cien años de vida dominicana. Lunes 24de noviembre 1997. P.12.            

EL CENTRAL ROMANA QUE EN SUS INICIOS ERA UNA COLONIA DE CAÑA.
En 1940, ya había desplazado a La Central Guánica como la principal fábrica de azúcar, en el contexto de sus agridulces lazos con el poder de Trujillo. Cuando los sindicatos intentaron organizar a los trabajadores azucareros en el Central Romana, Trujillo reprimió a los sindicalistas no sólo porque en él le empezaba a surgir la apetencia del negocio azucarero, sino porque esas organizaciones podrían acarrearle problemas a su régimen “…diplomáticos norteamericanos constataron que…los obreros (después de aquella represión) consideran ahora al gobierno, y no a la administración (del Central) como su mayor enemigo…”.

LAS TÁCTICAS DEL GENERALÍSIMO.
La década del 40 fue abundante en huelgas y movilizaciones por la demanda de mejores condiciones laborales y la reducción de las horas de trabajo de doce a ocho horas, y un salario mínimo unificado para los empleados y trabajadores de los ingenios. En 1943 y 1945 Trujillo ordenó la obligatoriedad de organización de todos los sindicatos en la Confederación Dominicana del Trabajo, y al mismo tiempo, reglamentaba las aspiraciones de los trabajadores. En 1949, le ordena a Anselmo Paulino que planifique la creación de “…una industria azucarera gigante…” bajo la orientación financiera del alemán Hans E. Priester, otrora jefe del economista H. Almar Schacht “el sabio de las finanzas de Hitler…”.

Trujillo ensambló dos etapas tácticas de hostigamiento y penetración frente a la industria azucarera norteamericana a los fines de apoderarse de ésta, que entre los años 1943, 1945, 1952, obtuvo ganancias por encima de los US$85 millones. En la primera etapa derogó las leyes 1719-144 del gobierno de Horacio, que la perjudicaban, entre otros aspectos relevantes.
En la segunda, aumentó impuestos he hizo críticas públicas a los ingenios norteamericanos “…son peligros públicos…”, le dijo a The New York Times.                                                   

En diciembre de 1952 sometió a la justicia al Central Romana por violación al Código de trabajo (artículos 202-203). En fin. Mientras desarrollaba estas tácticas construía el Río Haina y del 1953 al 56 recogía los frutos de esas tácticas, adquiriendo esos ingenios de propietarios atemorizados por el poder de Trujillo, en pleno auge y consolidación. Menos dos. El generalísimo no engulló los de Vicini ni el Central Romana. “…con estos dos puedo alcanzar mayores cuotas de azúcar en el mercado preferencial norteamericano…”.

LOS HÉROES SINDICALES Y EL SINDICATO UNIDO DEL CENTRAL ROMANA.
Mauricio Báez, Justino José del Orbe, Héctor Porfirio Quezada (Negrito), Julio Aníbal García Dickson (blanquito), Alberto Laracuent Polanco, Hernando Hernández (Nando), Benjamin Carela, Mario Julio Cuevas, Ismael Paulino (semillita) junto a otros activistas sindicales, fueron los que sembraron las bases, las ideas, las luchas y la unidad de los que en el devenir histórico se organizó como el Sindicato Unido del Central Romana (S.U) en la casa de semillita,  Espaillat #28 esq. 30 de marzo. Él empezó a trabajar en El Central en el 1921. Su casa era el local del S. U. Esta poderosa organización sindical existió entre los años 1964 y 1967, cuando diecinueve sindicatos del Central Romana se fusionaron en una sola organización sindical. Ideas impulsadas por dos dirigentes del 14 de Junio, Hipólito Rodríguez y el noble José Padua Falet. La primera directiva del S. U. elegida el 12 de julio 1964 era un arcoiris político 14 de junio, PRD, MPD, PSP-PCD y dirigentes sin partido. El abogado Julián Peña era asesor legal y consejero laboral del S.U, el más destacado y consagrado en las discusiones con el Central Romana; en las conquistas de sus pactos colectivos, entre otros. Y, además, defendía a los sindicalistas en los tribunales de justicia. Fue un dirigente importante del PCD. Nosotros teníamos la tarea de hacer crecer y consolidar las bases del PCD, reclutando a dirigentes del S. U. y conformando organismos en la ciudad y orientando al combativo Sindicato de Panaderos de La Romana.

Guido Gil, dirigente del 14 de Junio, arribó al S.U. a través del difícil Sindicato de  ferrocarrileros del Central. Compartió las tareas de su desempeño como abogado junto a las de Julián Peña. El famoso “Paso de la jicotea” (el trabajo a desgano) septiembre 1965, logró que la SPSCO/NJ repusiera dirigentes sindicales cancelados en el 1964 y que reconocieran los 16 pactos colectivos de 1963, de grandes conquistas y beneficios para los trabajadores del Central Romana.

LA HISTORIA DE “EL PASO DE LA JICOTEA”.
Manuel Mañaná (Maneco), fue quien propuso inicialmente que se llamara “paso de la tortuga”, y acordaron ponerle algo más sonoro “paso de la jicotea”. Este método de trabajo a desgano, los obreros del Central Romana y otros sindicatos del Este ya lo habían aplicado en la gran huelga del 4 de marzo de 1946 y existen elementos conceptuales históricos como para plantear la hipótesis de trabajo de que éste método” fue de inspiración puertorriqueña.
“Maneco fue miembro del PCD como lo fueron –entre otros- Hipólito y Luis Reyes, Félix y Francisco Ozorio, dirigentes importantes del S.U., al igual que Julio González, Secretario General…”. “…González se asesoraba con los sindicalistas del PCD y con su cuadro profesional destinado a La Romana, José Cabrera (Dorín)…”. (Roberto Cassa y Rafael Jarvis Luis. El Sindicato Unido de La Romana: caso limite de las luchas obreras en los años 60. Publicaciones Academia de Ciencias de R. D. Año XX, Volumen XII. 1995. P.297). Maneco conocía las luchas sindicales de los obreros puertorriqueños en La Central Guánica. El movimiento sindical de Puerto Rico fue el mejor organizado y más activo a principios del siglo XX. Era tan grande esa influencia sobre el sindicalismo dominicano que preocupó al gobierno militar norteamericano. “…de una activa y desorganizada influencia entre los trabajadores… E. Klock administrador del Central Romana, carta dirigida al comandante en jefe de los marines B. H. Fuller, el mismo que aprobó con su “visto bueno” el ingreso de Trujillo, de guarda campestre a oficial de la guardia. 
E. Klock, tenía tanta fuerza e influencia que en una oportunidad hizo preso al joven teniente Trujillo en su propia oficina acusándolo de extorsionar a un fabricante de ruedas de carretas para el Central Romana. Dieciocho años después, 31 de julio 1937, el generalísimo y Presidente Trujillo nombra a Ervést I. Klock, y al temible Edwin I. Kilbourne (“si ud. no me vende, le compro a su viuda”), vocales  de la Junta Pro Centenaria de la Fundación de la República.

EL PRIMER INTENTO DE HUELGA EN EL CENTRAL ROMANA.
El puertorriqueño Danilo del Conde organizó el primer intento de huelga en el Central Romana. “El paso de la jicotea”, o “de la tortuga”, o “huelga de celo”, tuvieron su inspiración en las luchas sindicales de los obreros puertorriqueños, que, desde 1927-28 adiestraban a los dominicanos en los avances de la organización sindical en el Central Romana. Sus relaciones eran cordiales no así con haitianos y cocolos.
“El paso de la jicotea” es la fuente de la oralidad puertorriqueña. Y puertorriqueños  auscultaron el sentir del pensamiento y de las luchas del dominicano. “…para llevar a cabo el desarme y mantener vigilado a los nativos…” creándose un cuerpo de espionaje integrado por puertorriqueños cuyo dominio del inglés les permitía medrar al amparo de la intervención…”. En verdad, noventa y cuatro años antes el haitiano Presidente J. P. Boyer, 1822, ya auscultaba ese sentir a través de “Chefs Section”, los alcaldes pedáneos y los “hombres  cahieres (cuadernos)Cahie (calié).  

EL 14 DE ENERO 1967 ME APRESARON.
El 14 de enero de 1967, policías vestidos de civil me apresaron en La Romana en una casa, donde en ocasiones nos reuníamos con dirigentes del S. U., con miembros del partido, con dirigentes del Partido Unificado Comunistas Haitianos (PUCH) y con activistas del Sindicato de Panaderos. Esos policías llegaron tarde, diez minutos antes, hubiesen apresado a don Justino José del Orbe, Mario Sánchez Córdova, Quirico Valdez y a importantes dirigentes comunistas haitianos.
Estuve preso en el cuartel de la Policía  en la oficina de su oficial ejecutivo, oriundo de Puerto Plata, acusado en 1946 de asesinar al líder sindical Luis Espinosa, del Ingenio Montellano, Puerto Plata. Él no me interrogó. Me amedentraba con una pistola 45 descansándola sobre mi cabeza a las tres de la madrugada al tiempo que me decía “…tú no eres Rubén Martínez, tú eres Dorín Cabrera…el comunista que agita al sindicato…”. El 16 de enero de 1967, me despachó…-“Dámele recuerdos a Narciso…” me dijo socarronamente-”.

LE ADVERTÍ Y NO ME HIZO CASO.
Cuando me disponía a bajar por el primer peldaño, de los cuatro que tiene el cuartel, Guido Gil salía por la puerta izquierda. Detrás de él venía otra persona. Le expresémuy quedo-que si él vivía en la parte baja de la ciudad, caminara hacia arriba, -por qué- me preguntó- porque no nos pusieron un dedo encima…nos van a matar, le dije. No me hizo caso.

YO CAMBIÉ MI RUTINA.
Salí hacia la entrada de La Romana, hacia la antigua estación Shell, hoy ESSO, y en vez de irme por el puente sobre el Higuamo, me fui por el Ingenio Consuelo (con ayuda de una célula del partido), caminé por parajes del Ingenio Angelina, y salí a pocos metros antes del cuartel de policía situado a la cabeza de ese puente, (donde hoy están las instalaciones de una fábrica de cemento) desde ahí yo podía observar el registro de los autos detenidos por la policía. Desmontaban a los pasajeros, les pedían la cédula de identidad. Ése lunes 16 de enero de 1967, Julián Peña iba hacia la capital. Un policía lo desmontó del carro. Dos miembros de la Marina de Guerra se desmontaron junto a Julián. –Él es mi primo hermano- dijo uno de ellos, cabo de la Marina –El policía titubeo, contrariado, miró hacia el cuartel, y luego tiró la cédula de Julián hacia el interior del carro.  –Váyanse –le expresó. El martes 17 de enero de 1967, Guido Gil intentó cruzar ese puente para llegar a la capital en un carro conducido por el chofer Faustino Acevedo.
 Fue detenido hasta nunca. Lo extraño es que Guido tenía conocimiento de que a los autos detenidos no se les estaba registrando el baúl, que eran registros de pasajeros y no se detuvo. Se quedó solo ante el peligro. “…Comunistas dicen murió Guido Gil…”, “El Nacional. Jueves 2 febrero 1967. 1ra. página. Redacté esa información con detalles y datos –entre ellos- “Guido Gil, 17-1-67”. “Texto que pudo leer Extor Mundaray, secretario del S.U. que ese día estuvo preso en la misma celda que estuvo Guido. La policía había realizado una cacería de miembros del S. U., y el coronel de entonces declaró que Guido Gil se había ido a Cuba en un barco.

SOLO SE MUERE DOS VECES.
Si Iam Fleming -Solo se vive dos veces- hubiese conocido la historia de Guido – tres años antes- Fleming murió en 1964- también hubiese escrito –posiblemente- en el contexto de su saga, -Solo se muere dos veces- porque en realidad, Guido Gil murió dos veces antes de morir demasiado pronto. Desde cuando participó en La Tricontinental, Conferencia celebrada en la Habana, Cuba, enero 1966 y meses después transportaba hacia nuestros país el incendio, el mensaje del Che para ese evento: “…Crear uno, dos, muchos. Viet-Nam, y él y su partido pretendían que uno de éstos Viet-Nam fuera la R. D. Y murió también cuando la policía lo hizo preso dos veces, el 15 y el 17 de enero, 1967. La mayoría de los que participaron en La Tricontinental fueron asesinados. El marroquí Mehdi Ben Barka, organizador de la reunión fue asesinado el mismo día de la apertura de La Tricontinental.

Guido Gil fue el presidente de la delegación dominicana que asistió a esa primera conferencia Tricontinental, del 3 al 15 de enero, 1966. Cuando regresó al país abandonó el 14 de Junio y se incorporó al MPD como uno de los ideólogos de los “Comandos clandestinos”, la insurrección  popular. El S.U. se dividió. Los partidos también en el contexto de una aguda represión del régimen de entonces y del Central Romana que reprimió hacia adentro. Eran los años de la prolongación de las dictaduras latinoamericanas. Los mismos años en que se incubó la pregunta ¿En qué momento se jodió la izquierda?
SU AURA REDENTORA CRECIÓ COMO SI FUERA  UN MITO CON UNA SIMBOLOGÍA HISTÓRICA.  
A Guido le rogué que no se exhibiera tanto en La Romana. Lo veo ahora mismo sentado en el borde de la verja de la casa de una joven activista, ubicada en la calle Santa Rosa. (Esa casa hoy no existe, en sus terrenos hay un parqueo de una entidad farmacéutica; cuyos propietarios tendrían lazos consanguíneos con lo que fue una joven activista hoy prestante dama de La Romana). Cuando Guido Gil murió dos veces, antes de morir su aura redentora creció como si fuera cierto que él creara la idea beneficiaria del “paso de la jicotea”,  “…Tengo el honor de informarle al Departamento que la situación laboral en la República Dominicana se ha tornado seria…la huelga en los centrales azucareros de La Romana y Santa Fe… se está realizando actualmente a un “paso de jicotea…” George Scherer. S. N. (Informe secreto de la Embajada de Los Estados Unidos de América. Ciudad Trujillo. R. D., 9 de marzo de 1946. Bernardo Vega. Los EU y Trujillo. Año 1946. Tomo I. 1982. FCD pp16, 216, 217.

“…Paso de la jicotea…”, o “huelgas de celo” o “paso de tortuga”, esta expresión tan evocadora fue inventada por los trabajadores en aquel momento y aun tiene actualidad. “…Marzo 1946. Lauro Capdevila “La dictadura de Trujillo”. R. D. 1930-1961. Colección Bibliófilos 2000. P.157. Editora Búho Sto. Dgo. Abril 2010…”. El mito de Guido creció como si él estuviera en el ejercicio de su desempeño y la realidad es que cuando la policía lo hace preso, él tenía más de un año que ya no era abogado del S.U. Es un mito con una simbología histórica alimentado por los medios que muelen insumos aportados por sindicalistas, periodistas, políticos, poetas, presidentes, cuyas narraciones, artículos y puentes construyeron un relato, un guión deformado de la realidad insertado en el psiquismo de la imaginaría popular.

Tal vez muchos piensen que no importa que la historia sea falsa si el sentimiento que provoca es verdadero. Así también pensaba el profesor Mustio Collado en Memoria de mis putas tristes, novela de García Márquez, P.61 cuando tratando de explicar la sensación de que no estaba solo musitó “…Así como los hechos reales se olvidan, también algunos que nunca fueron pueden estar en los recuerdos como si hubieran sido…”.

NO PONGO EN DUDA LO QUE ESTOY NARRANDO.
Pasadas las orillas de estas inexactitudes referentes a este meritorio combatiente, buscando consuelo en un mito de ficción  no pongo en duda lo que estoy narrando y me cuido de que ésta no transgreda la realidad contada. Guido luchó por lo que él entendía era su verdad en aquellos terribles años, y murió por lo que él creía que traería el bienestar para los más pobres. Recuerdo que en la insurrección de abril de 1965, organizó el comando La Comuna Obrera y La Escuela de Formación de Cuadros  Sindicales.

TODOS TIENEN CALLES, PARQUES, PUENTES COLGANTES.  
En La Romana a muchos de los que fueron sus actores se les recuerda con el nombre de una calle, un parque, en el caso de Guido Gil, una calle y un puente colgante  paralelo al antiguo puente donde se inició su muerte. Fco. Richiez Dicoudray tiene su calle donde está el cuartel de policía donde estuvo el coronel de entonces, a una esquina cercana a las que fueron las oficinas de Teobaldo Rosell, porque el destino quiso que se perpetuara la creencia de que ellos fueron los herederos legítimos de la Comisaría Especial que nombró el Presidente Ulises Heureaux, Lilis, como jefes del Canton La Romana.

EN CAMBIO JULIÁN QUE HIZO TANTO COMO EL QUE MÁS.
 En cambio Julián Peña que hizo tanto como el que más por el progreso de los obreros y empleados del Central Romana, allí no tiene ni siquiera el rótulo donde asentar una posadera. Julián era un misterio que cuando reía, parecía un hombre infinitamente triste que abría las ventanas del futuro con una herida en el fondo de la mirada, con su voz de susurro, buscando el aliento de sus afanes sindicales de su S. U. y de su otrora PCD. Él llevaba las líneas sindicales del Partido con tanto esmero y cuido,  que no me permitía acendrar ideas socialistas en el marco de reuniones específicas con dirigentes del S. U. Era valiente, humilde, desprendido como persona  y dialéctico en la defensa de su juicio.

Cuando en aquellos años leía con fruición El Manifiesto Comunista no se por qué mi mente lo asociaba con lo que mis lecturas encontraron en El Quijote (Marx la leía en español; en su casa se puede observar un ejemplar de El Quijote que él le dedicó a su amigo y protector F. Engels) que tenía el poder de suspender por un momento el principio de la realidad, y más allá de la lógica llevarnos a la compresión profunda e inmediata de una verdad nueva. Una sociedad sin justicia social no merece la pena.

¿Acaso don Quijote no deseaba cambiar la realidad luchando contra los molinos de viento? ¿Y, nosotros, los de entonces, acaso no deseábamos cambiar la realidad, luchando contra molinos reales, contra el otrora “Imperialismo Norteamericano”?

Ayer con mis veintidós años llenos de alegría, hartos de socialismo para los más necesitados, cuando el miedo no me mordía ni el frío me quemaba, hoy, a mis sesenta y ocho ya no hay fuego en mi alma, ya no hay fuego en mis sueños, sólo escucho entre escombros la derrotada melodía de un rumor que le dice adiós al silencio del viento.
Fuentes bibliográficas en:
Fuentes bibliográficas

  • Alfonso Trinidad: Las calles de La Romana. Colección año del centenario del municipio de La Romana. 1907-2008. Mediabyte, S. A., abril 2008. R. D.
  • Miguel Cotes. Entre la balanza y el río. Recopilación histórica de La Romana. Impresora cañaveral. La Romana, R. D. Marzo 2006.
  • Víctor García de la Concha. Cinco novelas en clave simbólica. Alfaguara. Madrid, España. 2010.
  • Publicaciones de la Academia de Ciencias de R. D. Anuario. Año XX. Volumen XII. 1995. Roberto Cassa y Rafael Jarvis Luis. El Sindicato Unido de La Romana: Caso límite de las luchas obreras en los años 60.
  • Roberto Cassa. Movimiento Obrero y lucha socialista en la R. D. Editora Taller. Sto. Dgo. R. D. Ediciones FCD. 1990.
  • Justino José del Orbe. Mauricio Báez y la clase obrera. Biblioteca Taller #128 Sto. Dgo. R. D. 1981.
  • Movimiento Obrero Dominicano. Archivo General de la Nación.
  • El movimiento sindical dominicano 1961-1983. Julio de Peña Valdez. Centro de documentación, Santiago, R. D. AGN
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  • Hans Paul Wiese Delgado. Trujillo, amado por muchos odiados por otros, temido por todos. Letragráfica. R D. Noviembre 2000.
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  • Pablo Mariñez, Agroindustria Estado y Clases Sociales en la Era de Trujillo 1935-1960. FCD Sto. Dgo., R. D. Editora Corripio 1993.
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  • Bernardo Vega. Los EU y Trujillo. Año 1946. Tomo II. 1982. FCD.
  • Fernando Infante. Cronología histórica 1930-1961. Tomos I y II. R. D.
Reportaje Ángela Peña. Conflictos relaciones boricuas-dominicanos. Micah Wright. Periódico Hoy. Areito. Sábado 16 noviembre 2013. P. 8   

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